Basado en miles de años de domesticación de plantas nativas en los Andes, los Inka mejoraron la calidad y aumentaron las variedades de maíz, quinua, papas y otros tubérculos. Las llamas eran una fuente de carne. La diversificación alimentaria es clave para la sostenibilidad. La variación en los alimentos domesticados asegura que los cultivos sobrevivirán a las plagas y a las cambiantes condiciones climáticas como la sequía. De esta manera, la biodiversidad alimentaria puede mejorar la nutrición y la salud, salvaguardar contra el hambre, fortalecer los sistemas alimentarios locales y contribuir a la sostenibilidad ambiental. Los Inka integraron los recursos únicos que eran disponibles en diversas regiones ecológicas con el Camino Inka.
Mira un video de un padre e hijo en la comunidad de Toqra, Región del Cusco, Perú, preparando la tierra para sembrar papas usando una herramienta de arado Inka llamada chaquitaqlla que ha estado en uso continuo en los Andes por más de seiscientos años.