los señores, es tan grande y tan hermosa que sería digna de verse aún en España.
—Pedro Sancho de la Hoz, secretario de Francisco Pizarro, 1534
Cusco
Ciudad de Cusco
Cusco, la ciudad sagrada Inka, era el centro físico, político y espiritual del universo Inka. Cada aspecto de la ciudad es un reflejo de su importancia cósmica.
1 Una ciudad con forma de puma
Se dice que la ciudad de Cusco tiene la forma de un puma. El puma simboliza el poder de la tierra.
La cabeza del puma era el templo de Saqsaywaman. Dos ríos delineaban el cuerpo. La plaza principal, Hawkaypata, era el vientre. Los habitantes de alto rango vivían dentro de la silueta del puma. Todos los demás residían afuera.
3 Hawkaypata, la plaza principal
Cusco era el centro del universo. Hawkaypata era el centro de Cusco. Este gran espacio estaba dedicado al dios creador Tiqzi Wiracocha y se destinaba a rituales y ceremonias.
Los cuatro caminos principales del Qhapaq Ñan partían de los cuatro lados de Hawkaypata hacia las cuatro regiones del Tawantinsuyu.
4 Qorikancha, el templo del sol
El Qorikancha (recinto dorado) era el centro religioso del imperio. Dedicado al sol, era el templo más importante del Tawantinsuyu. Sus muros se hallaban recubiertos de oro y se distinguía desde todo el valle de Cusco. Desde el Qorikancha partían 41 ceques (senderos o líneas sagradas) que conectaban el templo con las wakas (sitios sagrados) a través de todo el valle.
En el Qorikancha se dejaban ofrendas de oro y plata. Es posible que estas estatuillas vistieran trajes en miniatura representando a los Inka de alto rango.
6 Residencias
En el centro de Cusco, vivían los panacas (familias reales) de los gobernantes Inka, en residencias que los españoles llamaron palacios. Estas residencias tenían forma de kancha: un grupo de edificios alrededor de un patio, cercados en su totalidad por un muro.
Las familias de las autoridades Inka vestían adornos confeccionados con materiales sagrados—oro, plata y conchas Spondylus.
7 El suburbio obrero
Existían numerosos barrios para alojar a los trabajadores que llegaban a Cusco para hacer su contribución laboral al estado, como una especie de impuesto (mit'a). Una vez finalizada la labor, regresaban a sus aldeas. El trabajo en Tawantinsuyu se acompañaba con rituales, como el de compartir la a'ga (chicha o cerveza de maíz).